Los viajes a modo de turismo u otros usos llevan tiempo y dinero, no cabe la menor duda, pero debemos considerar que el dinero volcado en un viaje no es otra cosa que una inversión que transforma el tiempo dedicado a este en mejor calidad de vida para nosotros.
Al viajar estamos transformándonos como personas y eso lo arrojaremos a la vida cotidiana que nos aguarda al regreso. Además, la experiencia que adquirimos, pasa a formar parte de nosotros para siempre. ¿Quieres saber todo lo que los viajes pueden hacer por ti? Descúbrelo a continuación.
Descubre la importancia de los viajes
Es obvio que está demostrado, incluso estudiado, la importancia de los viajes, ya que viajar supone ciertas ventajas que seguidamente pasamos a desarrollar.
Crecimiento personal
Los viajes suponen un desafío constante, porque debemos tomar decisiones todo el tiempo y, en especial si viajamos solos, aprenderemos a resolver los mil y un obstáculos que se nos presentan. Si hemos elegido un destino que no comparte nuestro mismo idioma, tendremos que poner en práctica los conocimientos que hemos adquirido en otras lenguas.
Será necesario calcular todo el tiempo el precio de las cosas, porque siempre lo convertiremos a nuestra moneda; aprenderemos a regatear y a manejarnos con el dinero que hemos llevado; si quieres visitar un lugar de interés, será necesario que aprendas a manejarte en el transporte público de la ciudad en cuestión y que pidas instrucciones. ¿Qué cambiará cuando regreses? Simplemente serás una persona nueva: más resuelta, decidida, independiente y madura.
Vivir la vida
Cuando visitas una ciudad, haces diez cosas más en ella de las que harías si vivieras allí. La libertad de verte desprovisto de obligaciones, el tiempo en tus manos, las ganas de conocer, la motivación de llevar fotos de regreso a casa con las cuales sorprender a los tuyos y la emoción de estar en ese lugar que tanto admirabas y deseabas cuando visitabas las páginas web que lo anunciaban, te llevarán a explorarlo con los cinco sentidos. Es entonces que probarás comidas que, ya sea por lo exquisitas o por lo exóticas, revolucionarán tu paladar y tu concepto de alimentación; caminarás kilómetros bajo el sol o disfrutarás de una abundante nevada; recorrerás la ciudad en un medio de transporte público sin rumbo fijo y también conocerás a otras personas que están allí de forma transitoria, así como también residentes.
Los viajes estimulan tu cerebro
¿Sabías que el cerebro es un órgano entrenable? Esto significa que si lo estimulamos de la forma correcta, se desarrolla mayor tejido cerebral, del mismo modo que cuando entrenas tus músculos, estos se hacen más grandes, bonitos y fuertes. ¿Se te había ocurrido que los viajes pueden volverte más inteligente? Pues esto es exactamente lo que sucede. La explicación es mucho más sencilla de lo que parece, dado que un viaje exige una adaptación inmediata a un nuevo huso horario, a una nueva alimentación, a un clima diferente, a una cultura que solo conocíamos porque nos la contaron cuando nos encontrábamos en un pupitre escolar y a una nueva rutina.
Todo esto es un sacudón para nuestro cerebro, pero muy positivo por supuesto, entonces este órgano que regula tus pensamientos, emociones y sentimientos, se torna más perceptivo y receptivo, con lo que se generan nuevas neuronas. Cuando regreses a casa, sentirás que aquello que te resultaba complicado, ahora es sencillo y nada desafiante. Por lo tanto, buscarás nuevos desafíos con los cuales entretenerte.
Desarrollas tu inteligencia emocional
Hasta ahora hemos venido mencionando los beneficios de los viajes desde el punto de vista de la inteligencia racional, pero ¿qué hay de la inteligencia emocional?
Una vez que viajas, te conectas con personas que viven de forma muy diferente a la tuya. Esto quiere decir que se levantan a una hora diferente, comen de manera distinta, trabajan de una forma que tal vez te encante o termines aborreciendo, pero que es diferente. Todo esto es información que recibes y que digieres, por lo que estarás entrando en contacto con una realidad que nada tiene que ver con la que hasta ahora conoces. ¿Sabes cuál es el resultado? Volverte más tolerante.
Una persona que cuenta con esta cualidad es lo que llamamos una persona de mundo, cuya experiencia le impide juzgar a los demás por ser distintos y que también se da cuenta que no hay una verdad, sino que cada país, cada pueblo, cada persona tiene su realidad. Notarás que al volver del viaje te será mucho más sencillo conectarte con las personas, hacer nuevos amigos y ya no juzgarás a los demás por su conducta. Es decir, tu escala de valores se dará vuelta para bien.
Las vacaciones son tan importantes como respirar
No en vano cuando hablamos de vacacionar, expresiones tales como renovar el aire, tomar aire fresco, cambiar de aire, desfilan por nuestros pensamientos. ¿Te has preguntado por qué? Vacacionar es una actividad física y mentalmente sanadora, por lo que aumenta nuestras expectativas de vida.
Un estudio reciente reveló que tomarse unas buenas vacaciones, lejos de las actividades que nos producen estrés, reduce la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco en un 30%.
A su vez, independientemente del corazón, las vacaciones reducen en un 20% el riesgo de muerte por causa de cualquier otro factor, así como también alejan de nosotros la depresión, el estrés y las posibilidades de padecer un colapso nervioso.
¿Ves qué fácil resulta ahuyentar todo lo que puede dañarte? Los viajes hoy en día es mucho más económico y sencillo de lo que era décadas atrás. Ya no podemos decir que un viaje es un lujo, sino parte de las medidas que tomamos para elevar nuestra calidad de vida y alejar de nosotros la enfermedad física y mental.