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La Plena Edad Media es el nombre que se le asigna al período ocurrido entre los siglos XI y XIII en Europa. Es un período de transición de la sociedad feudal de la Baja Edad Media hacia la modernidad.
Durante la Plena Edad Media hubo un proceso de cambio climático favorable que, en conjunto con nuevas técnicas de agricultura, tuvieron un gran impacto económico, social y político en Europa.
A continuación te hablaré un poco más sobre este período de la historia de Europa, sus principales características y hechos más importantes.
Mejoras en la agricultura
El clima europeo mejoró de manera importante a inicios del Siglo XII, las temperaturas subieron y los territorios ubicados al norte de Europa, que en épocas anteriores habían estado inhabitados, se poblaron y fueron convertidos en tierras fértiles.
Además, durante esta época hubo algunas innovaciones importantes en las técnicas de agricultura. Por ejemplo, la rotación de los cultivos se incrementó de un sistema bienal a uno trienal.
El nuevo sistema trienal introdujo un tercer período de siembra que permitió incrementar en un tercio la producción agrícola.
Otras técnicas novedosas que ayudaron a mejorar la producción agrícola en la Plena Edad Media fueron el arado de vertedera, que permitía hacer surcos más profundos en la tierra mejorando su oxigenación y aumentando el rendimiento de la cosecha.
Además, se inventó el herraje de los caballos, estos animales fueron sumados a la fuerza de trabajo sustituyendo a los bueyes en el arado, haciéndolo más eficiente.
Todas estas mejoras sirvieron para incrementar la producción general durante este período, un fenómeno que es conocido como el óptimo medieval.
El impacto general en la mejora de la agricultura es un proceso que generó mayores riquezas y una prosperidad que favoreció otros cambios que ocurrieron durante la Plena Edad Media.
Como producto del incremento en la producción de alimentos, la población de Europa tuvo una mejor alimentación. Esta situación ayudó a que durante los dos siglos de la Plena Edad Media se duplicase la población de Europa.
El aumento de la población, en conjunto con el incremento del comercio, tuvo como consecuencia que se iniciara un nuevo proceso de migración y población de los centros urbanos.
La burguesía y el resurgimiento de las ciudades
El incremento de la población generó la migración hacia las ciudades de muchas personas, impulsadas por la búsqueda de nuevas fuentes de trabajo vinculadas con el transporte y comercialización de productos agrícolas.
De manera gradual, esta situación tuvo impacto en la composición social de la población. Las personas que habitaban las ciudades eran libres y formaron una nueva clase social llamada burguesía.
Nació así el concepto de ciudadanos libres. La burguesía estaba dividida entre dos grupos de acuerdo con sus riquezas: la alta y baja burguesía.
La alta burguesía
La formaban los comerciantes exitosos. Algunos comerciantes acumularon tantas riquezas que comenzaron a realizar préstamos de dinero y otras transacciones de intermediación financiera.
Miembros de la alta burguesía muy ricos crearon los bancos, una nueva institución que se originó en la Plena Edad Media. Algo que ocurrió por primera vez en la Toscana italiana en ciudades como Siena y Florencia.
Los bancos y los procesos financieros se vieron favorecidos por la estandarización de las monedas. Durante la Plena Edad Media se acuñaron algunas de las divisas más emblemáticas como el sterling inglés, el florín de Florencia, el matapán italiano, el genovés de Génova y el maravedí de la España cristiana.
Estos cambios en el sistema financiero tuvieron tanta importancia que de manera gradual causaron el desarrollo de un nuevo modelo económico, propio de la modernidad temprana, llamado mercantilismo. Este sustituyó de forma gradual el modelo feudal de la Baja Edad Media.
La baja burguesía
Estaba formada por artesanos y pequeños comerciantes. Este grupo de profesiones comenzó a organizarse bajo la figura de los gremios que regulaban todas las actividades productivas en las ciudades.
Una persona ingresaba como aprendiz a un gremio, trabajaba en el taller de un maestro y vivía en su casa sin goce de salario. Por lo general, una misma edificación tenía en la planta baja el taller del maestro, allí también vendía sus mercancías, y en la planta alta estaba la vivienda de su familia.
Oficial era el nombre de los artesanos asalariados, si un oficial deseaba convertirse en maestro debía realizar una obra que fuera reconocida como maestra por los miembros del gremio al que pertenecía.
Los miembros de un gremio debían pagar a este una cuota de sus ingresos, este dinero se usaba para ayudar a los artesanos que enfermaban o a sus viudas si éstos morían.
Los gremios también regularon la compra y distribución de las materias primas y los precios de los productos.
Todos los talleres de un mismo gremio se ubicaban en un sector o calle de la ciudad a la que le daban el nombre. Estos barrios se enfrentaban en torneos durante las fiestas patronales de cada ciudad, además tenían representación en los consejos de gobierno de la ciudad.
Además de la burguesía, en las ciudades también existían trabajadores libres que no pertenecían a un gremio y personas sin oficio. Todos ellos eran pobres y muchas veces debían mendigar para vivir creando muchas situaciones problemáticas producto de la desigualdad.
La expansión comercial europea
Todos los cambios de la economía que ocurrieron en la Plena Edad Media tuvieron como consecuencia la expansión del comercio en toda Europa.
La monarquía y el alto clero se dieron cuenta de que el comercio favorecía sus ingresos a través de mayores impuestos. Por esta razón comenzaron a protegerlo y auspiciar su práctica.
La protección de las monarquías sobre el comercio tuvo como consecuencia un período de estabilidad durante los siglos XII y XIII en la Plena Edad Media. Las rutas comerciales fueron protegidas y los conflictos bélicos pasaron a un segundo plano.
Las guerras dejaron de ser por el territorio para pasar a tener un trasfondo económico, los intereses se enfocan en la protección de rutas comerciales y las áreas de influencia de ciertos rubros comerciales sobre otros.
Los monarcas incentivaron a los artesanos y a los comerciantes para que se establecieran en sus territorios. Les brindaban protección a los viajeros y a quienes se afincaron en las poblaciones bajo su jurisdicción.
Los centros urbanos más importantes iniciaron la tradición de organizar ferias, para que los mercaderes provenientes de diversas regiones remotas pudieran dar a conocer sus mercancías y establecieron nuevas relaciones comerciales.
De este modo se crearon y consolidaron las grandes rutas comerciales de la Plena Edad Media:
La ruta Mediterránea: formada por ciudades portuarias italianas, del levante español, de los países musulmanes en el norte de África y la península arábiga y Bizancio. Esta ruta se caracterizaba por el comercio de armas y textiles.
La ruta Atlántica: Esta ruta agrupaba a las ciudades portuarias portuguesas y cantábricas, y los grandes puertos de países flamencos y germánicos como son Rotterdam y Hamburgo y de Europa del Este. En esta ruta se negociaba con lana, vino de Francia, madera y mercancías del mar Báltico.
Los cambios políticos de la Plena Edad Media
Este período se vio caracterizado por un nuevo auge del poder de las monarquías. Durante el período anterior dominado por el modelo feudal, los señores feudales eran quienes tenían el control político debido a que eran quienes podían financiar ejércitos.
Las monarquías, al percatarse del auge de las ciudades y del poder económico de la alta burguesía, en especial de los banqueros, hicieron de estos sus nuevos aliados e implementaron políticas para defender la integridad de su territorio, fortalecieron sus ejércitos y actuaron en contra de los intereses de los señores feudales.
El poder acumulado por las monarquías, le dio forma al nacimiento de los Estados nacionales modernos. Monarquías como las de Francia e Inglaterra se opusieron de forma abierta al poder de viejas figuras como el emperador del Sacro Imperio Germánico y el papa.