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Los campesinos en la Edad Media representan al grupo poblacional más grande de esa época. Aunque la historia menciona con más frecuencia los hechos que involucran a los reyes, nobles, caballeros y monjes de la Edad Media, los campesinos son muy importantes para entender esta época. Esto se debe a que de ellos dependía la producción de alimentos y la economía medieval.
Si deseas conocer un poco más sobre la vida de los campesinos en la Edad Media, a continuación, encontrarás un resumen detallado de las condiciones de vida, los tipos de campesinos y sus obligaciones durante el medioevo.
Origen de los campesinos en la Edad Media
Los campesinos no fueron personas libres durante algunos períodos de la Edad Media. Al inicio, durante la Alta Edad Media, la mayoría de los campesinos existentes en Europa eran descendientes de colonos romanos.
Debido a la situación de crisis que Roma experimentó durante los siglos III y IV, muchos ciudadanos romanos renunciaron a su libertad y emigraron de las ciudades al campo buscando refugio y protección, a cambio debían trabajar la tierra en los señoríos de los nobles terratenientes.
Este es el origen de los colonos romanos, sus descendientes se convirtieron en los siervos y villanos de la sociedad feudal del medioevo.
Tipos de campesinos en la Edad Media
Entre los siglos V y VI ocurrieron las invasiones de las tribus germánicas que ocuparon las regiones romanas. Ante esta situación, la vida de los campesinos no cambió mucho. Los caudillos de las tribus germánicas tomaron el control del territorio, se apropiaron de las propiedades de los nobles romanos que incluían sus tierras, las villas y las personas que poblaban sus señoríos.
Con el tiempo, estas figuras de servidumbre se convirtieron en la base del sistema feudal y pasaron a estar reglamentadas en el derecho de gentes del Medievo. Los campesinos se convirtieron en la fuerza de trabajo de esta época y el principal motor económico de la sociedad medieval.
Sin embargo, no todos los campesinos eran propiedad de los señores dueños de la tierra. Había por lo menos tres tipos de campesinos: los siervos de la gleba, los villanos y los esclavos.
Los siervos de la gleba en el medioevo
Los siervos de la gleba eran campesinos que estaban sujetos a una relación de servidumbre que en la práctica era muy similar a la esclavitud. Esta condición se asumía mediante un contrato, por medio del cual, un hombre libre se sometía a una relación de servidumbre, este contrato lo incluían a él, a su familia y a su descendencia.
La diferencia entre un siervo de la gleba y un esclavo era que el siervo era considerado un hombre libre y los esclavos eran propiedad del señor feudal. En la práctica los siervos no podían abandonar la tierra de su señor, pero no podían ser vendidos como mercancía.
El contrato entre un siervo y su señor era muy simple. El señor les permitía a sus siervos vivir en sus tierras, construir sus viviendas allí y trabajar la agricultura, además, les ofrecía protección en caso de necesitarla. Los siervos se comprometían a pagar tributos, entregando parte de sus cosechas, y servir en los ejércitos de su señor en caso de que se lo requiriera.
Los villanos
Los villanos eran campesinos libres a diferencia de los siervos. Su condición jurídica era distinta a la de estos, ya que si lo deseaban, podían abandonar las tierras del señorío que ocupaban. En la práctica no había mayor distinción entre siervos y villanos. Estos últimos cultivaban tierras que no eran de su propiedad y debían pagar un impuesto o tributo muy alto.
Los villanos también debían cumplir con la corvea, esta figura consiste en la obligación de trabajar la tierra del señor feudal sin recibir pago o salario alguno.
La esclavitud en el medioevo
Los esclavos eran muy comunes en el Imperio romano, en una época dos tercios de los habitantes de Roma tenían esta condición. Durante la Edad Media siguió existiendo esta figura pero en menor cantidad. Esto se debe a la influencia de la iglesia que rechazaba la condición de esclavitud.
Además, aunque muchas normas del derecho romano siguieron en uso durante la Edad Media, en lo relativo a la esclavitud se asumió que esta figura no correspondía al derecho natural sino al derecho de gentes. Es decir, se consideraba que todos los hombres nacían libres por igual y que algunos perdían su libertad por alguna circunstancia.
Obligaciones de los campesinos
Las obligaciones de los campesinos en la Edad Media eran más o menos iguales para todos. Podían variar de acuerdo a la naturaleza del señor al que servían más que por su propia condición.
Había siervos sometidos a señores de la alta y de la baja nobleza (caballeros y barones), también los había bajo la autoridad del alto clero y de los monasterios.
Los siervos de la gleba estaban completamente dedicados a la agricultura. Muchos debían entregar toda su producción al señor al cual servían, dejando solamente lo necesario para su sustento. Había otros que tenían derecho a cultivar una pequeña porción de tierra y a poseer ganado propio, estos podían conservar o comerciar el producto de la explotación de estas concesiones.
Además de trabajar la tierra y atender los rebaños de los señores, los campesinos que poseían una producción propia, estaban obligados a pagar impuestos o feudos a sus señores.
Otra obligación de los campesinos, que estaba asociada más con el vasallaje que con la servidumbre, era la de acudir en auxilio de su señor cuando este lo requiriese, por lo que debían formar parte de sus ejércitos y sus bienes también podían ser tomados para ser usados en la guerra.
¿Cómo era la vivienda, la alimentación y la salud de los campesinos en la Edad Media?
Las viviendas de los campesinos en el medioevo eran acordes a la región en donde se encontraban ubicadas. Podían estar fabricadas de madera, piedra o adobe, con pisos de tierra y techos de paja, teja o madera.
Usualmente eran viviendas de una sola habitación que compartían varias generaciones de una familia, estas construcciones servían también como granero donde se almacenaba parte de la cosecha, y como pesebre para algunos animales valiosos como vacas y asnos.
El eje central de las viviendas y de la vida doméstica de los campesinos era el hogar, un fuego en una chimenea que se mantenía encendido la mayor parte del tiempo. El hogar servía para cocinar los alimentos, calentar la vivienda e iluminar durante las noches.
Los muebles eran pocos. Básicamente una mesa grande y algunos bancos. También armarios de fabricación rústica para guardar los pocos enseres de las personas y sus escasos vestidos. No usaban camas y dormían en el piso o sobre un montón de paja.
Durante la Edad Media la alimentación de los campesinos era muy sencilla, se limitaba a los alimentos que eran capaces de producir.
La gente del campo se alimentaba esencialmente de cereales con los que hacían pan, legumbres y algunas verduras. También se acompañaba el pan con carne de cerdo y con embutidos, carne de aves de corral y de animales de cacería, así como frutas de estación.
En la Alta Edad Media la salud de los campesinos era muy precaria. El tipo de atención médica que era posible conseguir era la de los dentistas (quienes también eran barberos), los boticarios y las matronas, todos ellos recurrían a conocimientos tradicionales y empíricos para cumplir su función.
Durante la Plena y la Baja Edad Media las cruzadas impulsaron la fundación de hospitales y la creación de órdenes hospitalarias dedicadas a la atención de los enfermos. Las monjas que tenían esta función se llamaban diaconisas y son las antecesoras de las enfermeras modernas.
Sin embargo, muy pocos campesinos tenían acceso a estas atenciones que estaban reservadas para los peregrinos y los cruzados.