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Existe una especie de leyenda negra que acompaña al período medieval, ya que muchos autores lo hacen ver como una época oscura y de atraso. La verdad es que, en el caso de las mujeres, el cambio de época representó una mejoría importante en el rol desempeñado por la mujer en la Edad Media en relación con la antigüedad.
Este cambio de situación de la condición de las mujeres, a los inicios del Medioevo, tiene que ver con la difusión del cristianismo y su manera diferente de concebir la vida humana en relación con la cultura romana.
Sin embargo, la Edad Media es un período de tiempo muy largo, durante los mil años de duración de esta hubo diferentes etapas con diversas condiciones de vida. En cada una de estas etapas las mujeres desempeñaron funciones muy variadas en la sociedad.
Si quieres conocer un poco más sobre el rol de la mujer en la Edad Media, a continuación te hablaré sobre la mujer en la Edad Media en Europa, mujeres relevantes y sus aportes a la cultura y la historia de occidente.
¿Qué rol cumplía la mujer en la Edad Media? La respuesta a esta pregunta tiene que ver con el momento que se estudie. Durante la Alta, la Plena y la Baja Edad Media se dieron diferentes circunstancias que determinaron el rol que cumplió la mujer en la Edad Media en cada período específico.
El rol de las mujeres durante la Alta Edad Media
Los primeros siglos de la Edad Media se caracterizan por ser el período en que se difundió el cristianismo hasta convertirse en la religión hegemónica en la mayor parte de Europa. Esto ocurrió de la mano de las tribus germánicas que invadieron los antiguos territorios romanos e instauraron sus reinados bajo la fe cristiana.
Durante esta época hubo muchas mujeres que cumplieron un importante papel en la cristianización de Europa.
Por ejemplo, Clotilde, quien era esposa del rey de los francos Clodoveo, vivió entre los siglo V y VI. Su figura resalta debido a que promovió la conversión de su esposo al cristianismo y con él la de todo el reino de los francos. La iglesia católica la considera una santa.
Otra mujer que cumplió un papel similar fue Teodolinda, quien nació en el año 570, era esposa de un rey lombardo llamado Agilulf cuya religión era arriana. Sin embargo, Teodolinda se convirtió al cristianismo y bautizó a su hijo bajo esta fe, de este modo nació un nuevo reino cristiano lombardo.
Mujeres destacadas de la iglesia en la Plena Edad Media
Aunque siempre se habla sobre la importancia de las abadías y monasterios medievales en la preservación y difusión de la cultura medieval, pocas veces se menciona que esta actividad no era exclusivamente masculina, ya que a partir del siglo VI se fundaron monasterios femeninos bajo la regla de San Benito.
El primero de los monasterios benedictinos para mujeres fue fundado por el propio Benito de Nursia para su hermana Escolástica en la población de Montecassino, en Italia, a inicios del siglo VI.
Los monasterios medievales se convirtieron en un medio favorable para resaltar el rol de las mujer en la Edad Media como creadora y difusora de la cultura
Algunos monasterios femeninos estaban subordinados a una abadía masculina bajo las órdenes de un Abad.
Sin embargo, también había abadías bajo regencia de abadesas. A diferencia de los hombres, las monjas tenían mayor libertad de acción y no estaban obligadas por el voto de clausura ni de pobreza.
Hacia el siglo X, durante la Plena Edad Media, la actividad cultural de las monjas era muy intensa.
Los monasterios eran el refugio ideal para aquellas mujeres que deseaban obtener una educación y dedicar su vida a otras actividades diferentes a las obligaciones de la vida matrimonial.
De este modo, durante la Plena Edad Media, entre los años 935 y 1002, vivió Hrotsvitha de Gandersheim, que fue abadesa del monasterio de esa localidad ubicada en el Ducado de Sajonia, en Alemania. Ella es reconocida como la primera dramaturga medieval y una de las figuras más importantes de la literatura germánica en el Medioevo.
Hrotsvitha se dedicó a un género de teatro conocido como drama litúrgico, el cual está dedicado a contar la vida de Cristo, María y los primeros santos cristianos.
Otra monja alemana que se destacó por su vocación literaria y su vasta cultura es Hildegarda de Bingen (1098-1179). Ella fue una mujer universal, compositora musical, filósofa, médica, científica, escritora y abadesa.
Hildegarda de Bingen es reconocida por su condición multifacética y por haber influido de gran manera en la sociedad de su época. Fue considerada santa y fue reconocida doctora de la iglesia por el papa Benedicto XVI.
Herrada de Landsberg es otra figura femenina de mucha importancia, vivió en el siglo XII en la región de Alsacia, nació en el castillo de Landsberg como miembro de una familia noble del bajo Rin. Su vida adulta transcurrió en la abadía de Hohenburg, de la que llegó a ser abadesa.
Herrada fue la autora del Hortus deliciarum, una obra concebida como un compendio de todos los conocimientos existentes hasta aquel momento, incluida toda la teología cristiana.
La mujer en la Baja Edad Media
Durante la Baja Edad Media, la figuración de las mujeres en los asuntos de la vida pública adquiere una mayor importancia. Así lo demuestra la figura de Christine de Pizan, quien vivió en los siglos XIV y XV en Francia.
Christine de Pizan fue una humanista, escritora, poeta y filósofa. Ella es considerada por muchos como la precursora del feminismo debido a sus posturas en defensa de los derechos de las mujeres.
La posición de Christine de Pizan en favor de la igualdad de los derechos de las mujeres dio inicio a la conocida Querella de las mujeres, un debate literario y académico que tuvo lugar entre el siglo XIV y el siglo XVII.
En la obra La ciudad de las damas, Christine de Pizan defiende el derecho de las mujeres a participar de forma abierta y en igualdad de condiciones en la vida pública, en la política y en las universidades.
Esta posición en defensa de los derecho de la mujer le valió el ataque de muchos defensores de la corriente misógina que excluía a las mujeres de estos ámbitos de la vida y de la sociedad.
Además de sus posturas feministas, Christine de Pizan demostró su independencia y la fuerza de su carácter cuando enviudó a la temprana edad de veinticinco años. Ella quedó a cargo de sus tres hijos y sin una herencia para asumir sus gastos.
Debido a su inclinación intelectual, de Pizan decidió ocuparse de la manutención de su familia por medio del oficio que mejor conocía, el de escritora, y así lo hizo, incluso llegó a escribir una obra en elogio a Juana de Arco de quien fue contemporánea y admiradora.
Otra mujer de gran importancia y que fue protagonista de su época, es la reina Isabel la Católica de España, su figura es esencial valorar el rol de la mujer en la Edad Media y en la transición hacia la modernidad.
Diferencias con la antigüedad
La difusión de la fe cristiana representó una mejoría importante para la condición social de la mujer en la Edad Media.
En la antigüedad romana, la mujer tenía un rol secundario, estaba siempre subordinada a la voluntad de su padre durante la infancia y la juventud, y de su marido en la edad adulta.
Esta situación la ilustra el hecho de que la mayoría de las familias romanas, hasta el siglo IV, no tenían más de una hija, debido a que las niñas que no eran primogénitas eran descartadas por el padre que, por razones prácticas, no deseaba tener una mayor cantidad de miembros femeninos en la familia.
Esta práctica infanticida se fundamentaba en el derecho civil romano bajo el nombre de “desaparición forzada de las hijas menores”, aunque también afectaba a los hijos varones que nacían con defectos congénitos.
Por esta razón, la visión cristiana que le concede un valor igualitario a la vida y a las almas de todas las personas representó un cambio muy favorable para las condiciones de vida de las mujeres en la Alta Edad Media, ya que por derecho natural tenían garantizado el derecho a la vida.