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Con el inicio de la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XVIII, aparecieron y desaparecieron nuevos estilos y movimientos artísticos a un ritmo cada vez más rápido, reflejando así el creciente ritmo de cambios de la sociedad. Aquí encontrarás un resumen de los movimientos del Arte Moderno más importantes, desde el Neoclasicismos hasta el Impresionismo.
Movimientos del Arte Moderno
Los movimientos del Arte Moderno a partir del siglo XVIII en adelante, posteriores al estilo Barroco y Rococó, son considerados estilos modernos. Estos son algunos de los más importantes surgidos en Europa a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Estilo Neoclásico
La sociedad europea durante el Siglo de las Luces quería que sus obras de arte y su arquitectura reflejaran, y llevaran el mismo conjunto de normas, que las obras idealizadas de los griegos y los romanos, estos sirvieron de inspiración para la creación del nuevo Arte Moderno.
Junto con los emocionantes redescubrimientos arqueológicos de Pompeya y Herculano en Roma, surgió el Neoclasicismo, ya que los artistas y arquitectos infundieron en sus obras los ideales grecorromanos del pasado.
Se hizo común el estudio de la ciencia, la historia, las matemáticas y la corrección anatómica, que sustituyó a la cultura de la vanidad rococó y al clima de la pintura cortesana que la precedió.
Características del estilo Neclásico
El arte neoclásico como movimiento del Arte Moderno surgió en oposición a los estilos excesivamente decorativos y llamativos del Rococó y el Barroco, que estaban infundiendo en la sociedad una cultura artística de la vanidad basada en el ego y los caprichos de los nobles. El arte neoclásico se opuso a estos estilos excesivamente decorativos y llamativos del rococó y el barroco.
La principal creencia neoclasicista era que el arte debía expresar las virtudes ideales de la vida y podía mejorar al espectador transmitiéndole un mensaje moralizador. Tenía el poder de civilizar, reformar y transformar la sociedad, ya que la propia sociedad se estaba transformando por los nuevos enfoques de gobierno y las fuerzas ascendentes de la Revolución Industrial, impulsadas por los descubrimientos científicos y la invención.
La arquitectura neoclásica se basaba en los principios de simplicidad, simetría y matemáticas, que se consideraban virtudes de las artes en la antigua Grecia y Roma. También evolucionó con las influencias más recientes del clasicismo renacentista del siglo XVI, también basado en la antigüedad.
El auge del neoclasicismo se debió en gran parte a la popularidad del Grand Tour, en el que los estudiantes de arte y la aristocracia en general tenían acceso a las ruinas recientemente desenterradas en Italia, y como resultado se enamoraron de la estética y las filosofías del arte antiguo y las imitaron para crear el Arte Moderno.
Los artistas clave del Neoclasicismo fueron, en la pintura Jean-Auguste-Dominique Ingres y Jacques-Louis David. En la arquitectura destacaron Ange Jacques Gabriel y Claude Nicolas Ledoux, y en España, Juan de Villanueva, autor del edificio del Museo del Prado que es considerado la principal edificación neoclásica de España.
En cuanto a la música neoclásica destaca el gran compositor alemán Ludwig van Beethoven y el genio austríaco Wolfgang Amadeus Mozart.
El romanticismo
A finales del siglo XVIII y hasta bien entrado el XIX, el Romanticismo se convirtió en el gran género del Arte Moderno. Se extendió rápidamente por Europa y Estados Unidos para desafiar el ideal racional que tanto se mantuvo durante la Ilustración. Los artistas hicieron hincapié en que los sentidos y las emociones -no sólo la razón y el orden- eran medios igualmente importantes para comprender y experimentar el mundo.
El Romanticismo celebraba la imaginación y la intuición individuales en la búsqueda permanente de los derechos y la libertad del individuo. Sus ideales sobre los poderes creativos y subjetivos del artista alimentaron los movimientos de vanguardia hasta bien entrado el siglo XX.
Los románticos se expresaron en todos los géneros, incluyendo la literatura, la música, el arte y la arquitectura. Como reacción al sobrio estilo del neoclasicismo preferido por las academias de la mayoría de los países.
Este movimiento del Arte Moderno tuvo alcance internacional, sus seguidores valoraban la originalidad, la inspiración y la imaginación, promoviendo así una variedad de estilos dentro del movimiento. Además, en un esfuerzo por frenar la creciente industrialización, muchos de los románticos hicieron hincapié en la conexión del individuo con la naturaleza y con un pasado idealizado.
Estimulado en parte por el idealismo de la Revolución Francesa, como Arte Moderno, el Romanticismo abrazó las luchas por la libertad y la igualdad y la promoción de la justicia. Los pintores empezaron a utilizar los sucesos y atrocidades de la actualidad para arrojar luz sobre las injusticias en composiciones dramáticas que rivalizaban con las pinturas de historia neoclásicas. Estas eran más aceptadas por las academias nacionales.
Características del Arte Moderno romántico
El Romanticismo abrazó la individualidad y la subjetividad para contrarrestar la excesiva insistencia en el pensamiento lógico. Los artistas comenzaron a explorar diversos estados emocionales y psicológicos, así como los estados de ánimo. La preocupación por el héroe y el genio se tradujo en una nueva visión del artista como creador genial que no estaba sometido a los dictados y gustos académicos. Como lo describió el poeta francés Charles Baudelaire, «el romanticismo no se sitúa precisamente ni en la elección del tema ni en la verdad exacta, sino en una forma de sentir».
En muchos países, los pintores románticos se centraron en la naturaleza y en la pintura al aire libre. Las obras basadas en la observación minuciosa del paisaje, así como del cielo y la atmósfera, elevaron la pintura de paisaje a un nuevo nivel más respetuoso.
Mientras que algunos artistas hacían hincapié en que el ser humano formaba parte de la naturaleza y era uno de ellos, otros retrataban el poder y la imprevisibilidad de la naturaleza, evocando en el espectador un sentimiento de sublimidad, una mezcla de asombro y terror.
El romanticismo estuvo estrechamente ligado a la aparición de un nuevo nacionalismo que se extendió por muchos países tras la Revolución Americana. Los románticos, que hacían hincapié en el folclore, las tradiciones y los paisajes locales, proporcionaron las imágenes visuales que fomentaron la identidad y el orgullo nacionales. Los pintores románticos combinaron lo ideal con lo particular, impregnando sus cuadros de una llamada a la renovación espiritual que daría paso a una era de libertad y libertades aún no vista.
Artistas clave románticos
En la pintura resaltan autores como los franceses Eugène Delacroix y Théodore Géricault; los ingleses John Constable y William Blake, y el español Francisco de Goya. En la literatura el inglés Lord Byron y Emily Bronte, los germánicos Mary Shelley, Johann Wolfgang von Goethe; entre los españoles resaltan Gustavo Adolfo Bécquer y José Zorrilla.
El realismo
Aunque nunca fue un grupo coherente, el Realismo es reconocido como el primer movimiento realmente del Arte Moderno. Esto se debe a que rechazó las formas tradicionales de arte, literatura y organización social por considerarlas anticuadas tras la Ilustración y la Revolución Industrial.
Este movimiento del Arte Moderno inició en Francia en la década de 1840, el Realismo revolucionó la pintura, ampliando las concepciones de lo que constituía el arte. En una época caótica, marcada por la revolución y el cambio social generalizado, los pintores realistas sustituyeron las imágenes idealistas y los conceptos literarios del arte tradicional por acontecimientos de la vida real, dando a los márgenes de la sociedad un peso similar al de los grandes cuadros de historia y las alegorías.
La decisión de estos artistas de incorporar la vida cotidiana a sus lienzos fue una manifestación temprana del deseo vanguardista de fusionar el arte y la vida, y su rechazo a las técnicas pictóricas, como la perspectiva, prefiguró las numerosas definiciones y redefiniciones del modernismo del siglo XX.
Características del realismo
En el espíritu de los promotores de este movimiento del Arte Moderno existía una convicción de que la vida cotidiana y el mundo moderno eran temas adecuados para el arte. Desde el punto de vista filosófico, el Realismo abrazó los objetivos progresistas del modernismo, buscando nuevas verdades a través de la reexaminación y el vuelco de los sistemas tradicionales de valores y creencias.
El realismo se ocupó de la estructura social, económica, política y cultural de la vida a mediados del siglo XIX. Esto llevó a retratos incisivos, a veces «feos», de los momentos desagradables de la vida y al uso de paletas oscuras y terrosas que se enfrentaban a los ideales de belleza del arte elevado.
El realismo fue el primer movimiento artístico explícitamente antiinstitucional e inconformista. Los pintores realistas se enfrentaron a las costumbres sociales y a los valores de la burguesía y la monarquía que patrocinaban el mercado del arte. Aunque seguían presentando obras en los salones de la Academia de Arte oficial, no dejaban de montar exposiciones independientes para mostrar su trabajo de forma desafiante.
Tras la explosión de la impresión de periódicos y de los medios de comunicación de masas a raíz de la Revolución Industrial, el Realismo trajo consigo una nueva concepción del artista como autopublicista. Gustave Courbet, Édouard Manet y otros artistas buscaron deliberadamente la controversia y utilizaron los medios de comunicación para aumentar su celebridad, algo que continúa entre los artistas hasta hoy.
Resumen sobre los movimientos más importantes del Arte Moderno
Neoclasicismo: surgió siglo XVIII como respuesta a los caprichos y excesos de los estilos Barroco y Rococó. Fue el estilo de la Revolución Francesa. Sus principales exponentes fueron los franceses Jean-Auguste-Dominique Ingres y Jacques-Louis David.
Romanticismo: este movimiento es una respuesta a la simplicidad y la fría racionalidad del Neoclasicismo. Surgió en Francia durante a finales del siglo XVIII, exaltaba los valores de la libertad y la igualdad. Sus principales exponentes en pintura fueron Eugène Delacroix y Théodore Géricault.
Realismo: Este es considerado el primer movimiento del Arte Moderno que realmente encarna los valores de la modernidad. Descartó las pinturas alegóricas y los motivos literarios, religiosos o mitológicos para preferir escenas de la vida cotidiana. Entre sus autores más importantes destaca el francés Gustave Courbet, en la literatura destaca la figura de Emile Zolá.