Cultura del valle del Indo, características, sistema económico y civilización

Cultura del valle del Indo
Gary Todd

Aunque menos conocida en occidente que otras civilizaciones antiguas como la egipcia o la mesopotámica, la cultura del valle del Indo se remonta en su origen a unos 6000 años a.C. y su declive se ubica alrededor de 1900 a.C.

Su desconocimiento se debe a que aún no se ha podido descifrar los documentos escritos pertenecientes a esta civilización, por lo que toda la investigación realizada hasta ahora se centra en las fuentes arqueológicas.

Actualmente se conocen varios asentamientos urbanos pertenecientes a esta cultura ancestral, entre los que resaltan las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro.

A continuación, te hablaré de su ubicación y algunas de las características principales, como su economía, sus urbanismos y otras manifestaciones culturales que conocemos de esta antigua civilización.

Ubicación de la cultura del valle del Indo

La cultura del valle del río Indo se desarrolló en una vasta extensión geográfica que abarca territorios de este valle ubicados en Pakistán, Afganistán y el noroeste de la India.

En conjunto, los asentamientos urbanos pertenecientes a esta cultura ocuparon la mayor extensión de territorio entre todas las civilizaciones antiguas, llegando a alcanzar un área de un millón de kilómetros cuadrados.

En la actualidad, se conocen alrededor de cien asentamientos urbanos pertenecientes a esta antigua cultura, entre los que destacan los dos principales que son las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro, ambas ubicadas en el actual Pakistán.

La ciudad de Harappa se encuentra en el noroeste del Punyaba (Pakistán en el sureste asiático). A unos ocho kilómetros al sur del río Indo y a unos mil kilómetros de Karachi que es la ciudad más poblada de Pakistán al día de hoy.

Mohenjo-Daro se ubica a unos 570 Km al sur de Harappa, fue uno de los principales asentamientos urbanos de la cultura del valle del Indo y se cree que en su mayor esplendor puede haber alcanzado una población de 35.000 habitantes. Sus ruinas se encuentran mejor conservadas que las de la ciudad de Harappa, por lo que en 1980 la Unesco las declaró como Patrimonio de la Humanidad.

Características de la cultura del valle del Indo

Esta civilización, en sus inicios por su antigüedad y la ausencia de fuentes documentales escritas, puede ubicarse en el período prehistórico del neolítico. Sin embargo, por las características de esta civilización agraria y por el hecho de contar con un sistema de escritura (aunque aún permanezca sin ser descifrado), la podemos incluir dentro de la categoría de las civilizaciones agrarias de la antigüedad.

Como todas las civilizaciones antiguas, la vida y desarrollo de la cultura del valle del Indo se encuentra asociada a un río, que todos los años en época de lluvia se desborda regando las tierras ribereñas, convirtiéndolas en territorio fértil propicio para el asentamiento humano y desarrollo de la vida.

Economía

Aunque los primeros grupos humanos que poblaron la región del valle del Indo durante el neolítico eran cazadores y recolectores, hacia el año 2700 a.C., lograron desarrollar un sistema económico estable que propició su desarrollo cultural homogéneo. Alcanzando un grado de civilización con un sistema de creencias y de vida como los que se desarrollaron en Egipto y Mesopotamia.

Los pilares de este sistema económico son los siguientes.

Agricultura

El primer paso hacia la domesticación de la agricultura por parte de la cultura del valle del Indo fue aprovechar el período de primavera, época en la que cesan las lluvias y el río retrocede, creando las condiciones propicias para el cultivo del trigo y la cebada, cereales que se daban fácilmente.

Estos dos cereales se convirtieron en la base de la alimentación de estas poblaciones, que también aprendieron a cultivar sésamo, algunos dátiles y frutos de agua como el melón.

Después del año 1400 a.C., cuando la cultura del valle del Indo se extendió hacia el río Ganges, se logró tener dominio del cultivo del arroz que paulatinamente se convirtió en la plantación dominante dentro de la economía agrícola de esta civilización.

Ganadería

La domesticación de animales fue muy variada en la cultura del valle del Indo. Los pobladores de los principales centros urbanos de esta civilización se valían de la cría de asnos y elefantes como medio de transporte obviando el uso de caballos.

También desarrollaron ampliamente la cría de bovinos, dentro de los que destacan la subespecie característica de la región conocida como cebú o ganado de joroba y los búfalos de río.

Industrias de orfebrería, metalurgia, alfarería y textiles

La cultura del valle del Indo se distinguió por una desarrollada industria de fabricación de piezas ornamentales para el cuerpo, para ello se valieron del uso de metales preciosos como el oro y la plata engastados con piedras semipreciosas como el lapislázuli y las esmeraldas a las que se le agregaba el marfil.

También fabricaron armas blancas con el uso del cobre, estaño y plomo, dentro de las que destacan espadas y dagas, algunas muy elaboradas y ornamentadas destinadas a los gobernantes.

Conocieron el bronce que fue utilizado ampliamente para la fabricación de herramientas caseras como hachas y azadones para la siembra y la agricultura.

La mayor parte de los utensilios domésticos fueron fabricados en barro. La industria alfarera tenía un doble propósito, además de los objetos para el uso cotidiano en el hogar, se fabricaron piezas de cerámica con un ornato más elaborado para uso ritual o decorativo.

Las dos principales materias primas de la industria textil fueron la lana y el algodón. Al punto que una pieza textil proveniente de Mohenjo-Daro es la muestra más antigua del desarrollo de esta industria en la humanidad.

Comercio

Gracias a las industrias agrícola, metalúrgica, alfarera y ganadera, la cultura del valle del Indo logró desarrollar una amplia red de comercio e intercambio de materias primas y productos derivados.

Metales como oro, plata, cobre, estaño y plomo; piedras como las turquesas y el lapislázuli, el marfil, los productos agrícolas y el ganado, fueron mercancías que se intercambiaron con profusión entre las diferentes ciudades de esta civilización.

Su comercio no se limitó a las regiones de su propia cultura, en documentos sumerios y acadios, reposa el registro de intercambios comerciales con barcos provenientes de la región del Indo.

El intercambio comercial por vía marítima desde la región del valle del Indo hacia el mundo exterior privilegió a la península arábiga, especialmente a la región costera de Omán, así como Mesopotamia y Persia.

Manifestaciones culturales del valle del río Indo

Producto del desarrollo comercial y del intercambio con otras regiones, la cultura del valle del río Indo alcanzó un gran desarrollo cultural. La mayor manifestación de sus conocimientos y grado de civilización son sus centros urbanos.

Ciudades y urbanismos

Las dos principales ciudades cuyas ruinas subsisten hoy en día son las de Harappa (con una extensión de una ciento cincuenta hectáreas) y Mohenjo-Daro, sin embargo, se conocen al menos cien emplazamientos urbanos pertenecientes a esta cultura.

Las características principales de los urbanismos de esta civilización nos muestran que sus habitantes eran buenos planificadores. La ciudad se dividía en dos sectores; la ciudadela que se ubicaba en un montículo elevado de terreno, esta contenía amplios edificios que pudieron cumplir una función religiosa o de gobierno.

Alrededor de esta ciudadela se extendía la zona residencial. Se distinguían claramente las calles principales de las secundarias, y el emplazamiento de las viviendas desarrollaba la vida doméstica hacia el patio interior.

Las casas eran muy uniformes, lo que nos señala que su estructura social era muy igualitaria, las viviendas más pequeñas eran de una habitación y tenían entre ochenta y cien metros cuadrados de área; mientras que las viviendas más grandes tenían alrededor de doscientos metros cuadrados y seis habitaciones.

Contaban con un sistema de aguas servidas y con cisternas y canalizaciones de aguas blancas. Las casas tenían baños con agua corriente. En Mohenjo-Daro y Lothal se han excavado baños públicos que nos habla del desarrollo de los conocimientos sobre ingeniería hidráulica de esta civilización.

También disponían de una industria para la producción de materiales de construcción como ladrillos y otros insumos, que estaba muy bien organizada y era muy eficiente.

En la zona residencial de las ciudades se ubicaban los talleres de herreros, carpinteros, alfareros y todas las industrias que formaban su sistema económico.

La escritura

Producto del intercambio comercial la cultura del valle del Indo desarrolló un sistema de escritura. Sin embargo, aunque conocemos los caracteres de este sistema inicial o proto índico, aún no se ha logrado descifrar el significado de los símbolos contenidos en sus inscripciones.

El soporte en el que se encuentran estos signos no son barro o papel, ni están tallados sobre paredes de edificaciones, sino que utilizaron lajas de piedra pequeñas, placas de bronce o cobre, huesos de marfil o pintados sobre vasijas de cerámica.

Hasta la actualidad se han logrado recuperar unos cuatro mil objetos con inscripciones que contienen un número de signos que de acuerdo a los diversos expertos oscila entre cincuenta a quinientos signos diferenciados.

Fin de la civilización del valle del Indo

Debido a la dificultad para descifrar el sistema de escritura de esta civilización y a que no existen mayores fuentes provenientes de otra región que hablen sobre ellos, es difícil determinar con exactitud cuál fue la causa del fin de la cultura del valle del Indo.

Sin embargo, se piensa que factores climáticos como un prolongado período de sequía pudieron haber desviado el curso del río Indo, lo cual obligó a la migración de las poblaciones de sus principales ciudades a otras regiones.

Otra causa probable es la disminución del comercio con las regiones de Egipto y Mesopotamia. De cualquier modo, hacia el año 1500 a.C. se registra una importante caída del número de habitantes de los principales centros urbanos y se piensa que con este fenómeno se puede dictaminar el fin de la cultura del valle del Indo.