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Muchas veces debes haber escuchado decir que la cultura griega es la cuna de la civilización occidental. Aunque parezca un poco exagerado, en buena medida es una afirmación cierta. Los helenos, quienes forman la cultura que llamamos Antigua Grecia, tuvieron una serie de rasgos y características que los hacen especiales y más cercanos a nosotros de lo que puedes imaginar. Si deseas saber en qué nos parecemos a ellos sigue leyendo para contarte un poco más.
Ubicación de la civilización griega
La antigua cultura helénica, tiene ese nombre debido a la Hélade. Este era el verdadero nombre de la región que habitaban los helenos (por si no lo sabes así se llamaban ellos). La Hélade abarcaba un enorme territorio, a lo largo de las costas del Mediterráneo, y varias ínsulas griegas. Para ser más preciso, y que puedas entender mejor, te cuento, que esta región se podía dividir en tres grandes zonas geográficas: Grecia continental, Grecia insular y Grecia asiática.
La primera, Grecia continental, incluía los territorios al norte y al sur de Macedonia (la tierra del legendario Alejandro Magno), Tesalia, Beocia y Ática (cuya capital era la hermosa ciudad de Atenas, uno de los principales focos de la cultura helénica) y el extremo sur de la península del Peloponeso.
La Grecia insular, estaba compuesta por las islas del mar Egeo, como Creta (donde se suponía se encontraba el laberinto del mítico Minotauro), Rodas (sitio en donde se encontraba una de las maravillas del mundo antiguo, el Coloso de Rodas) y Lesbos (donde vivió una de las primeras poetas de la humanidad, la famosa Safo).
Origen de la cultura griega
La Antigua Grecia tiene su origen en la civilización cretomicénica. Ésta se remonta a la edad del bronce, en el siglo XIII a.C.
Muchos especialistas coinciden en que la vida de los reyes que gobernaron en Creta y Micenas, inspiraron la tradición oral que se plasma en los poemas homéricos de la Ilíada y la Odisea, que tratan sobre la guerra de los aqueos (de Micenas) con los troyanos (tribus minoicas provenientes de Creta que debieron huir hasta esta región cuando los aqueos los expulsaron de su isla).
Los minoicos construyeron la fortaleza de Troya, (también conocida como Ilos), que estaba ubicada a trescientos kilómetros de la actual Estambul, actual Turquía.
Como sospecharás, la causa de esta rivalidad en realidad no fue el rapto de la bella Helena, y otras mujeres de Troya, sino algo más trascendente. Los historiadores creen que en realidad el origen del conflicto era el comercio. Esto debido a que los troyanos dominaban las rutas comerciales en el mar Negro, y los aqueos de Micenas deseaban tener ese control.
Al culminar la guerra, los aqueos lograron vencer, pero quedaron muy debilitados. Esto les hizo mucho daño al regresar a sus territorios. Ya que se encontraron que ciudades como Atenas y Micenas, les eran disputada por otro pueblo griego, los dorios. Se trataba de un grupo un poco menos avanzado, pero feroces guerreros que ya poseían armas de hierro.
Los dorios se adueñaron de algunos territorios como la ciudad de Esparta, que fue uno de sus bastiones. Mientras que los aqueos lograron conservar las ciudades de Atenas y Micenas. Hoy día, todavía es posible visitar las ruinas del palacio de Knossos en la isla de Creta y conocer mucho más sobre la civilización minoica.
Características de la Antigua Grecia
Ahora bien, es probable que te preguntes, de tanta rivalidad, ¿cómo es posible que haya surgido una civilización helena?
En realidad, esto ocurre porque una de las principales características de este pueblo, es que no constituyeron un imperio, a la usanza de otras civilizaciones contemporáneas. En realidad, cada ciudad griega era independiente. Con esto te quiero decir, que estas ciudades eran pequeños estados. Tenían un gobierno autónomo, incluso una constitución y unas leyes propias. Estas eran las famosas polis (ciudades estado).
Si esto era así, te puedes seguir preguntando sobre qué le daba unidad a los griegos. ¿Por qué hablamos de la antigua Grecia o civilización helénica como si de una unidad se tratara? Y esto es algo realmente interesante y que los hace únicos. Lo que les deba identidad a los helenos era su lengua.
A través de la lengua helénica, ellos compartían su modo de pensar, un conjunto de creencias y valores, pero sobre todo una actitud hacia la vida, que los hizo un pueblo único. Las ciudades estado helénicas como Atenas y Esparta podían vivir en una eterna disputa entre ellas. Pero cuando una polis era amenazada por un enemigo externo, todas las ciudades estado acudían en su ayuda. Eran una confederación de estados.
También se unían para celebrar los juegos olímpicos, en los que los principales atletas del mundo helénico se citaban para realizar hazañas deportivas y recibir el honor y la gloria que el pueblo les brindaba.
Esta autonomía permitió que, en la antigua Grecia, existieran al mismo tiempo muchos sistemas de gobierno. La democracia, (en griego demos = pueblo, kratos = gobierno) fue una invención de los atenienses. Mientras que en Esparta, vivían bajo monarquías. Tal como lo describió el sabio Aristóteles en su obra, la Política, escrita en el siglo IV a.C.
Cultura de la Antigua Grecia
Si te fijas en algo, notarás que el pueblo helénico, de la Antigua Grecia, era particular y muy distinto de otras civilizaciones antiguas. Los griegos fueron la primera sociedad que no fue una teocracia.
Los griegos no creían que el derecho a gobernar proviniese la voluntad de los dioses, y mucho menos, que sus gobernantes lo fueran. Esta es la razón por la cual la antigua Grecia es la cuna de la cultura occidental. Los griegos estaban gobernados por “leyes hechas por y para hombres”.
Esta situación les dio mucha libertad para pensar. Para hacer las cosas de modo distinto. Algo que hizo que ellos nos legaran una gran cantidad de tradiciones que perviven hasta hoy. Algunas ya te las nombré como el gobierno democrático y el deporte olímpico.
Otra de las grandes creaciones de la libertad de pensamiento griego es la filosofía. Una forma de pensar que inició en aquella época, hace unos dos mil quinientos años. En hombres como Tales, Heráclito, Parménides, Sócrates, Platón y Aristóteles, que buscaban explicar el mundo sin recurrir a la religión. Y que es el origen del pensamiento científico occidental.
Sin embargo, ésta no habría sido posible sin un requisito previo; la escritura. Un medio para hacer que ese pensamiento especulativo, de indagación sobre el universo, pudiese perdurar en el tiempo y pasar de una generación a otra. Por eso, uno de los grandes logros de la cultura de la antigua Grecia fue la invención de su sistema de escritura alfabético.
La escritura griega
Como te dije, si algo unía a la antigua Grecia era su lengua. En las primeras etapas de su civilización, ellos desarrollaron un código para traducir su lengua, y con ella su pensamiento, a un sistema de escritura.
El gran aporte de los griegos, en relación con otros sistemas de escritura, es la creación de un código universal; el alfabeto. Un conjunto de signos, que lleva ese nombre debido a sus dos primeras letras, alfa y beta. Equivalentes a nuestra a y b. Este es, sin duda, su legado más importante. Tanto que, de algún modo, podemos decir que aún seguimos siendo griegos. Esto te lo digo porque aún usamos un sistema alfabético para escribir.
Claro está, como ya sabrás, el nuestro no es igual al griego. Pero sí, bastante parecido. Sobre todo, en la forma de usarlo, ya que un conjunto de letras forman sílabas que traducen sonidos de la lengua hablada, fonemas, que construyen palabras, oraciones y párrafos, una forma de traducir el pensamiento en palabras escritas.
Este gran invento permitió algo maravilloso: El uso de la lengua para hacer cosas bellas, para hacer arte, los griegos también nos dejaron la literatura, es decir, la costumbre de contar historias de ficción.
Al inicio, como en otros pueblos antiguos, sus historias tenían una connotación religiosa (esta era la mitología griega). Pero con el tiempo dieron paso a la creación de historias de ficción maravillosas como los poemas de Homero, las obras de la tragedia griega de escritores como Sófocles, Esquilo y Eurípides o las deliciosas comedias de Aristófanes, también, los cuentos para niños llamados fábulas que hizo Esopo.
Pero ese afán de describir el mundo, no solo se evidenció en su literatura épica, sino también en su arte. Las bellas esculturas y los relieves de sus templos. La arquitectura de lugares como el Partenón que todavía puedes visitar en la Acrópolis de Atenas, un sitio muy especial de la antigua Grecia, que es testimonio de inventiva y creatividad.
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