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Dominada por el archiconocido en todo el mundo acueducto romano, Segovia es una hermosísima ciudad a orillas del Eresma. De color trigo maduro, la villa está ubicada a una hora de Madrid, unida a la capital española por tren, y constituida como un accesible y popular paseo accesible a todos los bolsillos.
Lo que más destaca de la tranquila Segovia es el monumental acueducto, que salva el desnivel de la ciudad con una espectacular arquería de hasta 28 metros de altura, y que se encuentra en la ciudad desde el siglo II después de Cristo. Está construido con piedras de granito sin argamasa entre ellos.
Hasta hace pocos años, la arquería del acueducto conducía el agua hasta el Alcázar. Sin embargo, se advirtieron daños en su estructura, causados por la contaminación. Así que se ha suspendido el tráfico de vehículos bajo los arcos, así como los conciertos que se hacían en las zonas cercanas.
Caminar por Segovia es una mágica experiencia
Caminar por la ciudad es una experiencia agradable y fantástica. El casco histórico de la ciudad vieja y el acueducto son patrimonio de la humanidad por la Unesco, por lo cual los edificios están muy bien mantenidos. Hay gran movimiento turístico y cultural dentro de la ciudad.
Desde la plaza de Azoguejo y hacia la izquierda, se sigue una ruta de calles entramadas para llegar a la plaza Mayor, a un lado de la cual está la catedral. Hay por esa zona algunas opciones gastronómicas especialmente dedicadas a las especialidades segovianas como el cochinillo asado.
Se puede seguir caminando la cuesta hasta el Alcázar, un magnífico palacio real que puede visitarse y que está cuajado de objetos históricos que son testigos mudos de la historia de Castilla. Ante el Alcázar están los jardines del monumento a los héroes del dos de mayo, una impresionante escultura en honor a los madrileños que se levantaron en Madrid contra las tropas napoleónicas.
El Alcázar es un auténtico castillo que inspiró a Walt Disney para diseñar el castillo de la fantasía de Cenicienta. Al atardecer, cuando las luces van cayendo, adquiere una indescriptible de color miel. La loba capitolina está representada amamantando a Rómulo y Remo.
Recorriendo la ciudad vieja
El recorrido por la ciudad incluye la observación de la arquitectura, en la que pueden observarse varios estilos. Hay que perderse por la judería, el antiguo barrio judío, y disfrutar de algún café en muchas de las cafeterías que se encuentran en la ciudad.
Cruzando en cada esquina se pueden encontrar monumentos, plazas e iglesias, como la de San Martín, la Santísima Trinidad, San Andrés y San Clemente.
Otra visita obligada es el Museo de Segovia, que incluye exposiciones de distintos ámbitos, geología, geografía, arqueología, pintura y escultura. Es una buena forma de entender la historia de la ciudad desde la dominación romana. También pueden mirarse los restos de la muralla romana, cerca de la zona donde está el Alcázar.
Llegar a Segovia en el AVE
La ciudad está conectada con Madrid por un tren de alta velocidad, el AVE. En menos de media hora se puede llegar a la hermosa ciudad castellana, disfrutar de todo lo que ofrece y de la tranquila noche segoviana. Hay bares de tapeo y algunos centros nocturnos.
También se tienen todas las opciones para el alojamiento, así que solo hay que planificar un fin de semana y lanzarse a la hermosa aventura de conocer esta magnífica ciudad que exhibe su pasado como una muestra de su orgullosa y mantenida identidad. Visitarla es un disfrute total.