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Pulso, corazón, espíritu y esencia de Asturias es la ciudad de Oviedo, encerrada en un privilegiado valle y a tiro de piedra del mar. Repleta de atracciones históricas y naturales, hacer turismo en Oviedo es un concentrado de razones para visitar. Recorrerla es adentrarse en sus arterias orgullosa de la sangre asturiana que bombea desde sus inicios.
Un buen punto para iniciar el recorrido por la ciudad es la plaza del Carbayón, símbolo de un roble asturiano que fue demolido en el siglo XIX con la llegada del progreso. Este árbol es de reciente data, ubicado en esta plaza para honrar el gentilicio. Los asturianos de Oviedo se llaman así mismos carbayones.
La visión de la ciudad allí es de una villa ordenada y sólida que sabe conservar su patrimonio. Al lado de la plaza está el teatro Campoamor, edificado cuando terminaba el siglo XIX, famoso porque en él se entregan, anualmente, los premios Príncipe de Asturias, uno de los galardones con más renombre en el mundo. Tiene aforo para 1.400 personas y quedó reducido a escombros, salvo su fachada, durante la guerra civil.
Oviedo: sepia y rojo para enamorar la vista
En el Campoamor está el límite de la primera ciudad antigua, de edificaciones sepia y trigo y techos de tejas. Sobre la calle Pelayo hay una selección de boutiques de afamadas marcas españolas. Es un buen lugar para que los niños jueguen mientras se mira a la gente pasar en el atardecer.
En la plaza de la Escandalera hay una bonita fuente y una escultura del colombiano Fernando Botero. Si se sigue por la calle de San Francisco, se llega directamente a la plaza mayor, coronada por la Catedral de Oviedo, sede de la diócesis de Asturias.
La catedral es llamada Sancta Ovetensis, por la gran cantidad de reliquias que resguarda. Su cámara Santa es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Allí reposa el Santo Sudario, uno de los paños que estuvo en contacto con el cuerpo de Jesús al ser depositado en el sepulcro.
Turismo en oviedo: Alrededores de la catedral y campo de San Francisco
Quince mil obras están bajo la propiedad del Museo de Bellas Artes de Asturias, de las cuales destacan las de maestros como Murillo, Zurbarán, Sorolla, Dalí y Picasso. El museo ocupa varios edificios: el palacio de Velarde, la casa Oviedo-Portal y el edificio Ampliación. Una interesante opción para descubrir obras de arte en un entorno medieval.
Bordeando la calle del Águila y tomando la de Jovellanos se vuelve al teatro y, al frente, el campo de San Francisco, un vergel verde entre la parte antigua y la contemporánea de esta ciudad. En una de sus caminerías hay una escultura de Mafalda, en honor al caricaturista argentino Quino.
Uno de los más destacados edificios y cuyo perfil se ve desde muchos sitios de la ciudad es el Palacio de Congresos y Exposiciones de Asturias, diseñado por Santiago Calatrava. De intimidante arquitectura futurista, hay que visitarlo aunque no pueda entrarse a las instalaciones porque no vaya a realizarse algún evento. Es también sede del Gobierno de Asturias.
Estatuas, plazas, parques y un pote asturiano
Turismo en Oviedo es disfrutar de un sinfín de estatuas localizadas en sus muchas calles peatonales. Se puede caminar un rato por la comercial calle Uria, o pasar un rato en sus innumerables plazas. Pero no podemos irnos de la ciudad sin sentarnos ante un plato característico, el pote asturiano, cocinado con legumbres y cerdo cocido.
Está muy cerca de Gijón, apenas a 24 kilómetros, y a 45 del aeropuerto de Asturias, a través del cual se puede llegar desde buena parte de las ciudades españolas y que cuenta con un vuelo directo desde Londres. Renfe también opera varias líneas de tren que la comunican con el resto de la península. Así que, en sus próximas vacaciones, considere hacer turismo en oviedo y déjese llevar por la magia del encanto asturiano.